Menos samba e mais trabalhar, menos samba e mais trabalhar... Eso, esa expresión fue una de las frases más famosas que un joven ex payaso de tele metido a Benny Hill, Emilio Aragón, se sacó de la manga hace muchos años en un gag donde el humor absurdo se vestía de samba. Desde un balcón un aspirante a dictador la decía, pero con tanto ritmo que al final el discurso y la arenga acababa en desparrame y en risa tonta, la mejor tal vez.
El mundo está de fiesta, siempre, pero la verdad la orgía la paga un montante demasiado alto de población, la mayoría del planeta. Brasil, que es un gran país en todos los aspectos por geografía, población, materias primas, música, fútbol, y Naturaleza, y por tener en su corazón el pulmón de la tierra hacen de su paisaje y paisanaje unico y especial. Brasil se ha echado a la calle estas semanas, no por la copa confederaciones, no por el carnaval, ni por ganar un mundial de fútbol, sino porque la fiesta, los fastos deportivos, la que se les avecina y se les viene encima empieza a pasar factura a la población antes del primer sorbo de caipirinha o del meneo de cintura a ritmo sin freno. El coste del despiporre en este país emergente, que debiera ser rico en todos los aspectos, pero que no lo es en muchos, y en el que la sociedad está polarizada entre muy ricos y muy pobres (de verdad) hace que ante la manifiesta ausencia de una voluminosa clase media que sostenga la bandera del crecimiento, y ante la subida en el precio de numerosa mercadería y servicios, la efervescencia y felicidad por los acontecimientos (Mundial, Olimpiada) pueda ser pan para cuatro años y hambre y mas endeudamiento para el futuro.
Desde que Lula accedió al poder, un nuevo talante desde de la óptica progresista parece que puso a Brasil en el camino de la disminución de las grietas entre clases sociales. A pesar de la corrupción y los desmanes, las intenciones de este estadista eran buenas, sin caer en el populismo desmesurado y la seudo dictadura de algunos de sus vecinos latinoamericanos. El mundo entero puso los ojos ante un Brasil que no vendía estereotipos. Esperemos que el disgusto social ponga algo de sentido común en su presidenta, y el impulso de toda la obra que se está levantando en aquel país sea los cimientos de un estado mas justo e igualitario, por el bien de un gran país que trabaja a ritmo de samba, creativo por naturaleza.
ANTONIO ÁLVAREZ
Canción "So danço Samba". Tom Jobim (Antonio Carlos Jobim)