Al año justo del Tsunami que arrasó las costas japonesas, aparecen en las costas de Alaska desechos y restos de la catástrofe, y es que las corrientes de un océano al que se le tildó de Pacífico tienen autopista directa entre continentes. Como si de una metáfora se tratara, escucho en las noticias, que una familia norteamericana encontró en la playa un balón de fútbol con firma incluida en japonés. Resulta que esa familia mueve hilos y averigua que la rúbrica en cuero pertenece a un joven nipón que salió venturoso en la desventura que la naturaleza propinó.
Me encantaría que llevando este símil al corral de la política y las finanzas, (lo de corral tiene mas pedigrí que pocilga por eso de la pelea de gallos en que se ha convertido la diatriba política), este país, España, lanzara a la mayoría de sus políticos y banqueros al mar, desaparecieran un tiempo y aparecieran, qué se yo, en Pernambuco, por decir algo. La verdad, pensaba hasta hoy en Islandia como destino paradisíaco para los ciudadanos, al ver que esa sociedad con la ley en la mano fue capaz de llevar a su primer ministro y algunos banqueros y políticos a los tribunales. Pero leo que después del quilombo, con bancarrotas incluidas de las principales entidades financieras que acumularon 11 veces más activos que el Producto Interior Bruto (PIB) del país, dos tercios de ellos en divisas extranjeras; ese ex primer ministro de nombre impronunciable: Geir Haarden, sale absuelto por negligencia, solo se le culpa por no convocar al consejo de ministros en tiempo y forma. ¡La caña de Islandia! ¿no era de España? Parece ser que esto es solo el principio, así que seguiremos creyendo en el sano juicio, porque algún día aquí o en Reikiavik alguien tendrá que pagar por los excesos de esta crisis, ¿no?
En fin, se me queda cara de sueco, de islandés, y con una ingente cantidad de impresentables hispanos sin poder colocar a la deriva por los océanos, en una balsa metafórica que ojalá toque tierra firme, ética y justa algún día. Prefiero mejor no mentar la bicha vaya ser que recalen en Argentina y me expropien a esta caterva, pero no creo que sea así, porque por aquellas queridas tierras sudamericanas están tan acostumbrados a malos dirigentes, y a saltarse las leyes a la torera en nombre del pueblo, siempre en nombre del pueblo, que la olla sabemos (y es cuestión de tiempo) que acabará en corral, en corralito, ¿en pocilga? Lástima que el balón de Alaska no tuviera la firma de Messi, en vez de la de un niño japonés...
Canción: Birthday
Aprovechando mi cumpleaños, y que Islandia es el nudo del artículo.
Grupo: The Sugarcubes (Islandia)
ANTONIO ÁLVAREZ