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Micrófonos
Si las compresas tienen alas, las alas plumas, y las plumas pájaro, la última pájara de alto vuelo ha sido la que los micrófonos le han jugado a nuestro nuevo crupier en el "Casino Moncloa". Con la que cae, es interesante medir las palabras, y al gallego socarrón siendo un maestro en el despiste y en el escondite inglés, esta vez lo han pillado con las manos en la masa, y la boca en la queimada, con lo que quema... Los ánimos no están para mucho chiste, y el país no está para mucha huelga, dicho sea de paso, sino más bien para arrimar hombros, ceder y conceder: pero si mi confianza en los políticos es exigua, en sindicatos y patronal es, visto lo visto y oído, tétrica. Mariano "el tranquilo", enciende su habano, y con el visto bueno de la Ángela "Channing" en este europeo Falcon Crest va a exprimir todo el jugo a la uva del recorte. Tal vez el orden haga falta en una casa común descontrolada, pero es curioso que siempre paguen los mismos, y que dar ejemplo nunca cunda en el hacer cotidiano de nuestra casta.
"The artist". En busca de un sueño
En estos tiempos locos por desatar todo, mas que por atar. Por estar más pendiente del que hay al otro lado de la red, que de dar un buenos días. Es curioso, estaba el otro día en la tienda de instrumentos musicales de Quini Almendros, en Jam en Granada, y entraron tres personas en diez minutos, ninguna fue capaz de pronunciar las dos sílabas de un "hola" o endulzar con un "buenos días" las relaciones y su espacio entre humanos. Tiempos modernos de Ipads, Ipods, Iphones, I pollas... De macro producciones cinematográficas en 3 D, de refritos de fritos con el aceite más negro que el tizón. De ideas manoseadas. De palabras sin nombre. De reductos clandestinos donde la palabra está exiliada. De música tecnológicamente perfecta, pero carente de pulsión. Donde a un pinchadiscos se le denomina músico, contaminando de partida el arte de la ejecución, creación, composición e interpretación de unas notas. Donde un rapero es considerado Mozart, y con todos mis respetos en el arte de la rima, pero ¡qué va a ser en unos años de los músicos si las máquinas van a darnos el solo perfecto de piano, la voz impostada de pantomima, la afinación de pacotilla!
The boxer...o la imagen del perdedor
Nadie besa al perdedor, como canta Lapido, pero su estética suele ser mas atractiva, porque en cierto modo nos saca de nuestras casillas y enternece los adentros. Está claro que el ganador siempre tendrá el beneplácito: abrigado por el éxito, las palmadas en la espalda, las salutaciones impostadas, los piropos sin venir a cuento, o dicho de otro modo, será diana de la coba del vendedor y la verborrea del sastre a medida donde el "don" o el "señor" por delante abre pasillos, que visto por el lado de la educación y las buenas costumbres tan carentes en la actualidad es bien recibido, pero no así si ese encabezamiento se acompaña de una estratagema a golpe de cabezazo sumiso: muy en blanco y negro, a lo José Luis López Vázquez donde el atraco no es a las tres, sino permanente a tu bolsillo.
Me quedo con una imagen perdedora de la pasada noche electoral del veinte de noviembre. Además de ver algo muy reiterado en todas las elecciones: que casi todos ganan según la lectura o interpretación que hacen de los resultados; y por otro lado el deseo como ciudadano por el bien de todos y de nuestro país que quien gobierne en este caso, Rajoy, tenga suerte en una empresa con todas las papeletas rotas de antemano.