HE´S LIKE A RAINBOW (para Miliki)
Ayer era un domingo gris. Llevamos una racha en la que los fines de semana el cielo se encapota y cae la que no está escrita. Los pantanos sonríen, pero algunas cabezas se deprimen. Paseando por la vega de Granada, por la tarde, el tiempo era tan british (como mi mujer señalaba) que daban ganas de tomar un english tea antes que un puñado de castañas. Ayer domingo murió además un payaso... Cuando no era joven, sino algo anterior, niño, los sábados por la tarde tenían un grito de guerra contumaz:¿cómo están ustedes? Y toda la chiquillería en blanco y negro tras la pantalla, o en el color del cuarto de estar gritábamos... La infancia es un puzle, un juego. El mundo una cama desordenada donde las guerras son a golpe de almohada. El cole diversión a raudales, y el otoño la tarea con un bocadillo de carne de membrillo endulzando las horas, antes de salir a la calle para darle patadas a un balón de reglamento, o si no a uno inventado con bolsas de plástico.
Ahora soy un niño de 42 años. No me gusta el circo. Reconozco que me produce un sentimiento inconmensurable de tristeza. Ahora que también soy padre. llevé a mis hijos al “más antiguo mayor espectáculo del mundo” varias veces, pero solo por prurito paterno. Aún así es curioso, como a pesar de ese sentimiento apesadumbrado, ese grito de los sábados por la tarde, y esas canciones de los payasos de la tele, que mis hijos y su generación han recuperado, y que en alguna que otra fiesta adulta mi guitarra y el coro cuarentón recuperan, acuden al recuerdo que son parte de uno, de su patria, y de su memoria.
Los sábados por la tarde hace treinta y pico años, previamente a la aparición de los “Payasos” también incluían una película, “Sesión de tarde”, que muchas veces era un Western: género del que soy un apasionado (como una buena del Oeste, pocas cosas, vaya). Antes los niños jugábamos a policías y ladrones, a indios y vaqueros, por influencia de aquellas películas, que ahora bajo el proteccionismo exacerbado de una educación Actimel vira a otros espacios de ocio, y contradictoriamente a todo esto uno a veces detecta más violencia en el deporte, en la tecnología o en algunas series animadas, pero eso es otro cantar... Ayer murió Miliki, y anoche echaron una peli del Oeste, Appaloosa, moderna, pero de corte clásico. Anoche me acosté y cuando todos dormían pasada la media noche, puse la radio, Radio Nacional de España donde Julio Ruiz hacía un especial sobre los Rolling Stones por su 50 aniversario. Sonaba “She´s like a rainbow”, y el arco iris de esa canción me trasladó a los colores de una carpa de circo bajo la que toda una generación un día muy lejano gritábamos: ¡bieeeeen!
ANTONIO ALVAREZ
Canción: She´s like a rainbow. The Rolling Stones.